“Podemos manejar la energía, podemos dar afecto y provocar alegría, podemos tender la mano y hacer más liviana la carga de algunos, podemos hacer personas felices con sólo procurarlo, esta capacidad es nuestra mejor ventaja en este mundo”
Debemos salir a la vida a dar, dar, dar y dar. Salir a escuchar, a abrazar, a servir, a ayudar, a brindar alegría. Salir a la vida a poner en práctica esas palabras tan difíciles que son: “Contá conmigo”, “¿En qué puedo ayudarte?”, “Te quiero mucho”, “Gracias por existir”.
Ama a los que te rodean. Amalos como son. Amalos aunque no los comprendas. Aunque sean distintos. Amalos aunque ellos no puedan amarte. Ayudalos en todo lo que puedas. Deciles, por lo menos a cinco personas por día, lo importante que son para vos. Cómo embellecen tu vida. Expresales que, porque están allí, aunque ni siquiera los veas físicamente, el mundo es un lugar mejor y tu propia vida se enriquece.Amigos queridos, recuerden que cuanto más amor damos, más amor generamos en nosotros y en los demás.
Salgamos a la vida a expresar el amor que tenemos dentro, a amar todo y a todos incondicionalmente, y verán cómo la vida los envuelve en amor y protección divina todo el tiempo.